Desde el 2 de enero de 2022 en Kazajistán se desató una ola de violencia por manifestantes, quienes utilizando como pretexto el aumento del precio del gas licuado, respondieron con agresiones inusitadas de manera simultánea en varias ciudades del país; incendiaron el edificio del fiscal en la ciudad de Almaty, hicieron destrozos en el aeropuerto y en el canal de televisión MIR, además de intentar quemar la casa presidencial.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Todáev manifestó que pese a revocar el aumento del precio del gas, las acciones violentas continúan, encabezadas por bandas entrenadas en el extranjero, que pretenden provocar al gobierno para desatar la represión y el consecuente desprestigio de este.
Así mismo, solicitó apoyo a los países integrantes del Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) constituido por Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Tayikistán para enviar tropas de paz que permitan estabilizar el orden en Kazajistán.
En respuesta a la solicitud, Armenia y Rusia enviaron refuerzos militares.
El primer ministro de Kazajistán decretó el estado de emergencia en todo el territorio nacional asumiendo la presidencia del Consejo Nacional de Seguridad.