El paso del huracán “Grace” por Puebla dañó las viviendas de 79 mil 520 personas; se perdieron por completo 75 casas; en general, 400 mil poblanos resultaron afectados por este desastre natural.
Y, en lugar de acudir de inmediato a apoyar a los damnificados, estos se tendrán que esperar hasta que el gobierno federal realice un censo para saber qué y cuántas personas necesitan ayuda.
Ante esto, el gobernador Miguel Barbosa pidió, en lo que ya es su costumbre, casi rogando, que la Federación emita la declaratoria de desastre natural para 64 municipios afectados.
Barbosa asegura que la capacidad financiera del Estado ha sido rebasada para atender los daños.
O sea, Barbosa se deslinda porque, dice, no hay dinero. ¿Cuál fue su respuesta? ¡Poner centros de acopio del estado!
La solidaridad de los mexicanos es una caracterísitca nuestra por excelencia, pero, ¿y el trabajo del gobierno? ¿En qué se ha gastado Barbosa el dinero que ahora, dice, no hay para los damnificados?
Dice que ya hay un programa de asistencia humanitaria que incluye desde la reparación de caminos, viviendas, subsidios a cosechas perdidas y cuyo esquema que está en un decreto. Habrá que preguntarle a los campesinos afectados si es cierto.