Puebla, Pue. La pandemia del COVID-19 ha tenido un efecto enorme en nuestras vidas. Muchos nos enfrentamos a retos que pueden ser estresantes, abrumadores y provocar emociones fuertes en adultos y sobre todo en niños. Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, sabemos que son necesarias para reducir la propagación del COVID-19, pero pueden hacernos sentir aislados y aumentar el estrés y la ansiedad.
A finales del año pasado, un estudio del CGCOO (Colegio Oficial de Ópticos y Optometristas de Cataluña (COOOC) desveló que el 34% de la población infantil tenía problemas de visión. Y la pandemia no ha hecho más que agravar la situación, de hecho, según una posterior investigación de la asociación Visión y Vida, indicaba que el 57% de la población empeoró su visión durante el confinamiento, en los niños en particular.
El encierro en casa, la falta de luz natural, el sedentarismo y el uso excesivo (muy excesivo) de pantallas han provocado que aumenten las afecciones oculares, muchas de ellas, incluso, sin que los padres sean conscientes.
Entre los problemas visuales más comunes de los pequeños, destacan los miopía, hipermetropía y astigmatismo, que son trastornos oculares, en los que el ojo no puede enfocar claramente las imágenes, por lo que los niños ven todo borroso. Los expertos sostienen que se debe a un uso prolongado de la visión cercana, por lo que, no es de extrañar, que la tecnología ha tenido algo que ver.
Por tanto, si nuestro pequeño guiña un ojo cuando se fija en algo de lejos, se acerca mucho al libro o la pantalla, ladea la cabeza, desvía un ojo cuando lee o mira la televisión, se frota los párpados con frecuencia y acusa cansancio visual o dolor de cabeza cada vez que asiste a su aula on y off-line, podemos sospechar que existe algún problema visual.
Otras señales de problemas de visión pueden ser el mal rendimiento del niño y la falta de atención y concentración, manchas blanquecinas en la zona de la pupila, molestia frente a la luz, enrojecimiento de los ojos, posiciones no naturales de la cabeza para enfocar, dificultad para distinguir los colores.
Algunas medidas que podemos tomar para poder evitar esto puede ser:
Revisión. Ir al oculista al menos dos veces al año ya que la vista suele mejorar o cambiar según sea el caso.
Ventilación y luz. Ventilar constantemente las habitaciones eso nos ayudara a tener un mejor ambiente para la vista
Limitar las pantallas. Intentar limitar el número de horas que pasen con pantallas (fuera de las obligatorias por el colegio) y hacer descansos frecuentes.
Debemos recordar que nuestra vista es muy importante y que el cuidado que le demos es lo que nos podrá ayudar a disminuir el uso de anteojos.