Escrito originalmente para fustigar al presidencialismo, la demagogia y la manipulación priistas de mediados del Siglo XX, el texto trasciende el momento de su creación y vapulea con fina irreverencia al fársico gobierno morenista.
Por Tania Zapata Ortega
El Tomo II de Poesía Mexicana (1979), con “Introducción, selección y notas de Carlos Monsiváis”, recoge un antipoema que se adapta como un guante a la política actual: Pero… ¡Qué gente! Es un texto del escritor neoleonés Gabriel Zaid (1934), autor de más de 30 obras de poesía, ensayo y crítica, colaborador durante varias décadas en importantes diarios y publicaciones culturales y recientemente “fustigado” en un estulto video presidencial. Pero… ¡Qué gente! se publicó por primera vez, según la fuente citada, en Cuestionario (Poemas 1951-1976).
Hubo una vez un presidente
que quiso investigar rápidamente
una cuestión espantosa y urgente,
según decía toda la gente.
Y para desafiar solemnemente
su celo inmenso de cumplir con la gente,
se puso un plazo audaz, breve, inminente.
Y hubo un rugido público imponente.
Mas sucedió que, desgraciadamente,
cuando ya meritito el presidente
iba a encontrar detectivescamente
la clave del asunto, de repente,
se dio la vuelta y encontró a la gente
con un tema de moda diferente.
Entonces, tristemente,
dijo: Pero… ¡Qué gente!
Son 14 versos, agrupados en dos cuartetos y dos tercetos, en su mayoría de 11 sílabas, a los que se añade un estrambote (9, 11, 11, 9; 11, 12, 11, 11; 11, 11, 11; 11, 11, 11… 7, 7). La elección de esta forma, consagrada en la inmortal literatura, no es inocente; y tampoco lo es la machacona repetición de las dos sílabas finales en cada verso (-ente) que viene a sustituir el exquisito ingenio con que los grandes sonetistas del Siglo de Oro rimaron, para construir verdaderas catedrales de la lengua. Se trata de un antisoneto en toda la extensión de la palabra; y no solo formalmente, pues la intención del autor es criticar los grotescos discursos de campaña de los candidatos mexicanos de entonces, que en nada se distinguen de los actuales; la vacuidad de sus promesas de hallar a los responsables del sufrimiento generalizado; la vulgaridad de sus respuestas, propias de quien considera que el pueblo no merece ni el esfuerzo de pensar lo que se dice.
Escrito originalmente para fustigar al presidencialismo, la demagogia y la manipulación priistas de mediados del Siglo XX, el texto trasciende el momento de su creación y vapulea con fina irreverencia al fársico gobierno morenista. Pero… ¡Qué gente! es también una fábula, por su intención didáctica al exponer los vicios de un Presidente de ficción, burlándose de su falsedad, ineptitud y deseo de manipular a las masas. El parecido con la realidad es la clara intención de quien por 15 años fuera miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y es autor de obras como Fábula de Narciso y Ariadna, Seguimiento, Leer poesía, La nueva economía presidencial o el imprescindible Ómnibus de poesía mexicana (1971).
“Por supuesto, acabaremos con la pobreza… investigaremos a todos los corruptos del pasado… restituiremos al pueblo lo robado… castigaremos a los responsables de esta tragedia… es que votaron por cada personaje impresentable… pero, ¡miren!: ya está lista la gran rifa de casas, autos y joyas decomisados” … ¡Pasen y siéntense a ver el show!