La austeridad del Congreso de Puebla no se limita solo a los 53 pesos que presume solo cuesta per cápita, la austeridad del Congreso llega hasta las necesidades y exigencias de la ciudadanía.
El ahorro también se está llevando al trabajo legislativo, sobre todo en las reformas que exige la sociedad poblana.
No así para los designios del gobernador, pues para esos, no se escatimaban energías.
Las reformas de Barbosa se aprobaron fast track, sin chistar ni cambiar una coma.
Ojalá así hubiera pasado, por ejemplo, con la Ley de Desaparecidos. Al Congreso se le acaba el tiempo para legislar sobre este tema que en expedito mandó a la congeladora sin importar el sufrimiento de los familiares.
O con la legalización del aborto legal en Puebla. Miles de mujeres exigen el derecho a decidir sobre su cuerpo, a decidir si quieren maternar o no. Pero hasta ahorita se siguen ahorrando la discusión.
La austeridad del Congreso se refleja también en la poquísima atención e importancia que le han dado a las demandas del pueblo.
No sólo en ahorro de dinero, sino en soluciones, parece ser experta esta legislatura.
Aunque informes revelan que el Congreso que preside la morenista recién reelegida Nora Escamilla destinó 618 mil 431 pesos para la compra de escritorios, libreros, sillones ejecutivos, escritorios y conjuntos secretariales.
Así la austeridad del Congreso…