De acuerdo a una investigación independiente, la cual analiza la causa del derrumbe de la línea 12 del Metro de Ciudad de México el pasado 3 de mayo, reveló que el origen del accidente fue una “falla estructural” de la construcción, la cual dejó 26 víctimas.
La empresa informó que encontraron fallas estructurales, deficiencias en los materiales de construcción utilizados, incluidos la soldadura de los llamados pernos Nelson y su fijación en las vigas y la deformación de los soportes estructurales en la parte de la línea que colapsó.
En calidad de auditor externo, DNV se refirió en su informe del peritaje preliminar a “seis deficiencias en el proceso de construcción” que contribuyeron al accidente.
La investigación detalla que el hecho está ligado a la “porosidad y falta de fusión en la unión perno-trabe”, a la “falta de pernos Nelson en las trabes que conforman el conjunto del puente”, al uso de “diferentes tipos de concreto en la tableta” y a “soldaduras no concluidas y/o mal ejecutadas”.
El contenido del informe fue confirmado por Jesús Esteva, secretario de obras de la alcaldía de la capital mexicana, encargado de contratar a DNV. “El incidente fue provocado por una falla estructural”, dijo.
Los resultados destacaron, al contrario, que la línea operaba “cumpliendo con los protocolos de mantenimiento rutinario”.
El director de DNV en México, Eckhard Hinrichsen, participó en la presentación del informe. Al final de su lectura dijo que tiene previsto entregar un segundo reporte el 14 de julio y un tercer documento el 30 de agosto.
En paralelo, la Fiscalía mexicana lleva a cabo una investigación, pero sin resultados aún publicados. Se espera igualmente que el Colegio de Ingenieros Civiles de México presente este jueves su propio informe.