El encuentro en Ginebra entre Joe Biden y Vladimir Putin fue «constructivo», según el presidente ruso. Los mandatarios acordaron el regreso de sus respectivos embajadores, reanudar las conversaciones sobre control de armas y un «diálogo sobre ciberseguridad», uno de los temas más espinosos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, concluyeron este 16 de junio una cumbre que pronosticaba fuertes desacuerdos.
Pero fue el líder ruso el primero en compartir a la prensa los principales puntos de unión tras el encuentro en Ginebra: devolver a los embajadores a las respectivas capitales, reanudar las conversaciones sobre control de armas y entablar un diálogo sobre ciberseguridad.
Para Putin, el encuentro de unas cuatro horas en la antigua mansión de La Grange, fue «constructivo», sin hostilidad y con espacios de entendimiento entre las partes.
El mandatario ruso reconoció que su país y Estados Unidos comparten la responsabilidad de la estabilidad nuclear mundial y por ello confirmó que sostendrán conversaciones sobre los posibles cambios al tratado sobre limitación de armas New START, un acuerdo recientemente extendido por Washington y Moscú.
El caso del opositor ruso Alexéi Navalny fue uno de los temas en los que Putin se mostró más crítico al desestimar las preocupaciones de Estados Unidos sobre el político arrestado: para Rusia, Navalny ignoró la ley y conocía lo que sucedería si regresaba a Rusia desde Alemania, donde recibió atención médica tras un intento de envenenamiento.
También, el líder del Kremlin dijo que Washington y Moscú iniciarían consultas sobre ciberseguridad, no sin antes enviar un último dardo a Biden al afirmar que la mayoría de los ataques cibernéticos contra Rusia provienen de Estados Unidos.
Biden: ‘Rusia no quiere otra Guerra Fría’
Al finalizar su encuentro de cuatro horas con el presidente de Rusia, el mandatario estadounidense describió el tono de la reunión como “bueno” y “positivo”.
El presidente estadounidense tocó varios temas espinosos para Moscú y, a pesar de que el demócrata ha calificado de “asesino” en el pasado a su homólogo ruso, se encargó de bajar la temperatura asegurando que ni Rusia ni su país quieren otra Guerra Fría.
“Durante esta última semana, espero que Estados Unidos le haya mostrado al mundo que volvemos a estar con nuestros aliados”, dijo el demócrata.
Biden dijo que, aunque queda mucho trabajo por hacer, “hemos establecido una base clara sobre cómo pretendemos tratar con Rusia”.
El líder estadounidense insistió en que su agenda no era contra ese país, sino “para el pueblo estadounidense”.
También dijo que durante la reunión con Putin dedicaron mucho tiempo a hablar sobre el control de armas y los ataques cibernéticos.
Después de terminada la cumbre, Biden dejó claro que seguirá elevando la voz en defensa de los “derechos fundamentales”, como es el caso del opositor Alexéi Navalny. De hecho, el mandatario dijo que habrá consecuencias devastadoras para Rusia si Navalny llega a morir.
Biden se refirió también al destino de dos ciudadanos estadounidenses “encarcelados injustamente” en Rusia. Si bien Putin dijo que creía que se podían llegar a cumplir algunos compromisos, no dio indicios de ningún acuerdo de intercambio de prisioneros.