Dice la de nuevo alcaldesa Claudia Rivera Vivanco que, luego de su nada sorpresiva derrota, quiere ser líder de su partido en el estado.
Que es momento de que las mujeres tengan más participación -y la van a tener- en la política, cosa que es por demás cierta.
Sin embargo, está por demás anunciado que Claudia le apuesta -otra vez- a su discurso de ‘ser mujer’.
Quiere dirigir el partido por ser mujer y, si se lo niegan, ‘se lo negarán por ser mujer.’ Tal como ha denunciado todo acto en su contra desde que asumió la presidencia y durante sus dos campañas.
Y la verdad es que está muy alejada de la realidad. A Claudia no la hacen a un lado por ser mujer, la hacen a un lado porque no es requerida por cierta fracción de su partido.
De ahí se explica el gusto de Barbosa de que perdiera la reelección.
Aunque la apoye el actual dirigente, porque la apoya, una fracción, entre la que se encuentran los allegados del mandatario estatal, no se lo hará fácil. Y no es porque sea mujer, es porque es Claudia Rivera.
A finales de año Claudia quedará desempleada; un puesto en la nueva administración no le va a llegar ni de broma. Tal parece que la falta de actividades para el 2022 será algo que compartirán Rivera y el diputado Gabriel Biestro.
Los acérrimos rivales ya se enfrentaron en la búsqueda de la candidatura de Morena a la capital; pero ambos fallaron.
Muy seguramente se enfrentarán de nuevo ahora por la dirigencia del partido, ¿se repetirá la historia?