La líder del partido derechista Fuerza Popular, Keiko Fujimori volvió a insistir en un supuesto «fraude» en el balotaje peruano, sin aportar pruebas contundentes de tal acusación. Mientras, el candidato izquierdista Pedro Castillo supera por más de 51.000 votos a Fujimori y se declara como virtual ganador, a falta de la proclamación oficial por parte del Jurado Nacional Electoral.
Desde el lunes 7 de junio, los resultados dieron la ventaja al candidato de Perú Libre, Pedro Castillo. Con el 100% de las actas procesadas, Castillo es el virtual ganador, mientras que las actas contabilizadas están al 99.890% y mantienen al aspirante izquierdista, con 50,145% de votos válidos y a su rival Keiko Fujimori ostentando un 49,855% de los sufragios, según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
La diferencia entre ambos aspirantes es de poco menos de 51.000 votos, que le darían la victoria oficial a Castillo.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la única autoridad con capacidad para nombrar al ganador de la contienda electoral, tiene que resolver el pedido de Fujimori de anular 802 actas –lo equivalente a 200.000 sufragios– en zonas en las que Castillo ha resultado favorito.
Pero la hija de Alberto Fujimori no hizo el pedido para anular votos a tiempo, por lo que la cantidad de votos impugnados es mucho menor a la solicitada por la líder ultraderechista. Si bien el órgano electoral ofreció una prórroga extraordinaria para impugnar las actas fuera de tiempo, terminó por retractarse ante lo que el partido de Castillo consideró “un acto inconstitucional y una amenaza de golpe”.
Esta cruzada y acusaciones sobre el órgano electoral añadieron más tensión al conteo, después de una filtración en medios locales que informaron de posibles amenazas de simpatizantes de Fujimori contra el presidente del JNE, Jorge Luis Salas.
Fujimori sigue insistiendo en un «fraude» por parte del partido de Castillo
Este sábado, la candidata presidencial de la derecha reiteró sus acusaciones de “fraude” en el balotaje presidencial. La Misión de Observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) dijo no respaldar tales señalamientos, alegando que las elecciones en Perú siguieron un “proceso electoral positivo”, sin detectar “graves irregularidades”. La misión de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) también ha destacado la corrección de los procesos de votación y de recuento en el país, descartando la posibilidad de algún fraude.
Keiko Fujimori prometió reconocer los resultados “pero hay que esperar el final”, insistiendo en presuntas irregularidades del partido oponente. “Aquí no hay (todavía) ni ganadores ni perdedores”, señaló la candidata, acusando a la “izquierda internacional” de intervenir en los comicios de Perú.
Tanto Fujimori como sus asesores apuntaron que el partido de Castillo habría “infiltrado” las mesas de votación y que Perú sería «el nuevo epicentro de una confrontación entre el comunismo y una economía libre, la izquierda y la centro-derecha, el estatismo y el mercado libre, la libertad de prensa y la libertad de expresión”, tratando estas elecciones como una “batalla” entre “el comunismo y la democracia”.
Varios líderes de la izquierda latinoamericana como el expresidente boliviano Evo Morales, su homólogo brasileño Luis Inácio Lula da Silva o el mandatario argentino Alberto Fernández han felicitado a Castillo por su “victoria”. Un hecho que ha ofendido a Fujimori y ante estos “saludos” del exterior, el Gobierno peruano “se ha visto en la obligación” de entregar cartas de protesta a los embajadores de dichas naciones.