Por Gilberto Soto Beltrán
Para cuando usted esté leyendo esta reflexión, ya tendremos las tendencias de los candidatos y sus respectivos partidos, de igual manera sabremos si realmente existió una gran participación ciudadana o, como siempre sucede en elecciones intermedias, la población se muestra apática y no acude a las urnas; tengo la percepción que no fue así.
Hacía años que no se presentaba una elección que se viera manchada por diferentes incidentes tanto antes como en el transcurso de la jornada electoral, amenazas a candidatos, asaltos a las casas donde se resguardaban boletas electorales, violencia en las casillas de votación, robo de urnas, candidatos asesinados y privación de libertad de personas.
Estas elecciones que acabamos de vivir en la historia de nuestro país desde hace meses se comenzaron a salpicar por la intromisión de los diferentes actores políticos que nos gobiernan, sobre todo por el titular del ejecutivo federal violando el mandato constitucional de no intromisión.
México hoy en día es un país divido por su propio gobernante, el pueblo que él dice representar y los fifís; “estás conmigo y, si no, eres un enemigo del régimen”. Fue tal la injerencia que llegó a decir que él sería el vigilante de esta elección descalificando con ello al órgano electoral, el cual usted y yo recordaremos nos ha costado muchos años su construcción y que en la actualidad tenga la credibilidad general ganada.
Todos tenemos claro que hay dos cosas que se jugaban en esta elección que acabamos de vivir:
1.- El futuro del gobierno de AMLO, y
2.- El futuro económico del país.
En primera instancia, para el ejecutivo federal es importante tener, no únicamente la mayoría simple en la cámara baja, sino tener la mayoría calificada y con eso poder continuar con su ‘cuarta transformación’, importante sería que no fuese así ya que a como han acontecido esta primera mitad del actual gobierno es importante que se tengan contrapesos y con ello tener certidumbre y no un gobierno de un solo hombre.
En segunda instancia, hemos visto la gran preocupación de la comunidad internacional respecto a la forma de gobernar y la incertidumbre que resulta para el inversor extranjero exponer sus recursos económicos en nuestro país, el resultado de estas elecciones va a ser crucial para que esa percepción pueda variar al menos un poco de forma positiva.
Así es estimado lector, esperemos que los días post electorales sean de tranquilidad y de parte de los perdedores, la aceptación de los resultados oficiales; la democracia nos ha costado mucho construirla y debemos luchar por seguirla teniendo para el buen encausamiento de nuestra convivencia social y política.
CP y MI Gilberto Soto Beltrán
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