Por Rosa María Dávila Partida
Ante la imposibilidad de mostrar con hechos que su administración benefició a sus gobernados, María del Carmen Nava Martínez está usando otros recursos para intentar ganarse la voluntad popular en el municipio de Acatlán de Osorio. No es que no haya hecho nada, sí llevó a cabo acciones que es necesario recapitular para que estén presentes en la mente de los acatecos ahora que se acercan las elecciones y Meli Nava pretende reelegirse.
En cuestión de salud pública, no hay forma de que oculte el escaso apoyo que proporcionó a todos los trabajadores del sector salud durante la pandemia, muchos fuimos testigos de las protestas que realizaron médicos y enfermeras denunciando que les faltaba equipo de protección, que los medicamentos escasean, lo mismo que el material de curación, que en todos los casos debe ser comprados por los familiares de los pacientes; denunciaban que el personal es insuficiente en todas las áreas pues no han recibido ningún refuerzo, a pesar de su conversión para hacer frente a la pandemia.
Durante los meses de febrero y marzo, cuando el hospital de Acatlán estuvo saturado con más de 30 enfermos graves, cuando los médicos particulares manifiestan que cada uno atendía un promedio de 10 a 12 pacientes de coronavirus, que temían asistir al hospital y, si fueran, no hubieran encontrado lugar para que los atendieran. ¿Qué hizo la presidenta? Lo que todos sabemos es que, desgraciadamente, murieron en el más completo abandono gubernamental, los que no pudieron pagar los servicios de un médico particular. ¿Por qué no puso un puesto de pruebas rápidas para detectar a los contagiados y aislarlos? No hizo nada. Se plegó sin rechistar ante la política criminal de Morena que dejó infectarse y morir a todos los que no tuvieron recursos para salvarse.
En cuanto a obras públicas para los barrios y comunidades sí realizó algunas electrificaciones, pavimentaciones y espacios deportivos, pero tan pequeñas y localizadas que no le sirven para proyectar una imagen de eficiencia. ¿Qué hizo con los compromisos de obras que adquirió con sus gobernados? ¿Cómo atendió las múltiples solicitudes de los acatecos?
Meli Nava no puede argumentar que no realizó obras por falta de presupuesto, y si lo hace estará mintiendo. Porque fue Morena, su presidente y sus diputados, los que acordaron y llevaron a la práctica la cancelación del Ramo 23, partida en la cual los municipios recibían recursos para realizar obra pública; por eso durante los gobiernos del PAN y del PRI había dinero para atender demandas urgentes de las comunidades. No tenía recursos porque también en este terreno prefirió obedecer las órdenes de su partido Morena y sacrificar a los acatecos.
María del Carmen dirá en su defensa que recibió un presupuesto recortado y, por ello, no cumplió los compromisos de obras que pactó durante su campaña hace tres años. Y volverá a mentir, López Obrador decidió recortar los presupuestos a diestra y siniestra y sus diputados federales y locales de Morena, como muñecos de alambre, movieron la cabeza y levantaron la mano aceptando los recortes. ¿O alguna persona se enteró en Acatlán de que Meli Nava fue a México a reclamarle al presidente?
Estos son hechos crasos que debemos retener en la mente. María del Carmen traicionó las esperanzas que levantó durante su campaña, pisoteó los compromisos que firmó con los acatecos que demandaban obras. ¿Alguien puede darle crédito a lo que prometa ahora? ¿Y si agrandan los recortes presupuestales por los caprichos de AMLO, ahora sí se va a rebelar ante sus órdenes?
Pero hay algo más. En su campaña electoral actual, María del Carmen está realizando varias acciones para allegarse simpatías: a los que visita les está dando una ficha para que el día antes de la elección recojan un recurso en efectivo, también les entrega despensas. ¿Pues no decía que no había recurso? Si no tenía dinero para obras, ¿de dónde consiguió para las despensas que está repartiendo y los apoyos que promete entregar?
Desde luego que hay que recibir y aprovechar las despensas. ¡Faltaba más! Porque las despensas no son un regalo de María del Carmen, no salen de su bolsa sino del dinero de todos los que pagamos impuestos. Sin embargo, muchos de los que reciben las despensas no pueden dejar de pensar que si la presidenta las hubiera entregado antes, cuando el gobierno ordenó a todos enclaustrarse durante semanas y no había qué comer, cuando Acatlán se vistió de trapos blancos pidiendo comida, hubiera evitado muchos contagios y salvado muchas vidas inocentes.
Pero hay algo todavía más grave. La promesa de entregar dinero para condicionar el voto, y el mismo regalo de despensas constituyen delitos electorales. La Ley General en Materia de Delitos Electorales, establece en su Capítulo II sobre los delitos electorales lo siguiente:
“Art. 9. Se impondrá de cien a doscientos días multa y prisión de 2 a 6 años, al candidato que: VIII.- Durante la etapa de preparación de la elección o en la jornada electoral, solicite votos por paga, promesa de dinero, recompensa o cualquier otra contraprestación.”
Queda claro que la candidata de MORENA también aquí sigue fielmente los pasos de su maestro López Obrador, ambos pisotean la ley electoral en cuanto les estorba y están dispuestos a cometer los ilícitos que sean necesarios para perpetuarse en el cargo. Por eso no hay que desechar los rumores que corren, de que María del Carmen prepara un megafraude el día de las votaciones.
En resumen, María del Carmen Nava obedecerá siempre a López Obrador, de eso no hay la menor duda. Ya traicionó la confianza de los acatecos, ya se convirtió en delincuente electoral. Por sus hechos merece el repudio total de la población del municipio. El próximo 6 de junio ni un voto para los que engañaron al pueblo con falsas promesas y ahora trasgreden la ley electoral para ganar a la mala.