El día de ayer, la “Alianza por Puebla”. -los candidatos a diputados locales en la capital por el PRI, PAN y PRD, a través de una rueda de prensa anunciaron que, de ganar, -todos- crearían desde el Congreso el FOMUSE (Fondo Municipal para la Seguridad), para que desde la Ley de Egresos del Estado de Puebla del ejercicio fiscal se etiqueten los recursos para que los municipios que registren mayor incidencia delictiva cuenten con un fondo para combatir la inseguridad.
La verdad es que suena bonito, pues, lo cierto es que no se ha hecho mucho en este rubro. Los poblanos vivimos con miedo. La reciente entrega de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que organiza el Instituto de Estadística y Geografía (INEGI), nos dice que la percepción de la inseguridad en las ciudades mexicanas es hoy la más baja desde 2013.
Esta encuesta reciente nos muestra que de cada diez habitantes en la capital poblana ocho consideraron que vivir aquí es inseguro. Solo dos capitalinos se sienten seguros en esta ciudad. El año pasado, 9 de cada 10 ciudadanos se sentían inseguros.
Y no es injustificado ni casual. La capital registró un repunte del 38 por ciento en la incidencia delictiva registrada durante enero de 2021 en comparación con el mismo mes pero de 2020. Amenazas, robo, despojo, narcomenudeo, asaltos, violencia familiar, todo está a la orden del día. Así, no es de extrañarse que los poblanos vivamos con miedo.
Pero, ¿de dónde surge este problema? Expertos en economía y en políticas públicas, aseguran que el hecho, por ejemplo, de que se viva la peor percepción de inseguridad en las ciudades en años no es un tema menor, sino algo que deben tomar en cuenta los gobiernos y quienes están al frente de ellos. Es decir, que viene de los gobiernos.
Y no se necesita ser un erudito para darse cuenta de ello. Es algo, casi, de sentido común. El cómo nos sintamos , y también el cómo esté la realidad, tiene mucho que ver con los buenos y malos servicios públicos; es decir, con un buen o mal gobierno. Así de facil.
Por eso, aunque la propuesta de la “Alianza” es buena, porque tiene bases y un planteamiento coherente y realizable, quienes aspiren a ocupar el cargo que sea debe plantearse trabajar e tres cosas para que el problema de la inseguridad disminuya: Obras y servicios; estrategia de seguridad eficiente; y, principalmente, la pobreza lacerante que ataca a, al menos, 1,483,900 personas en la capital. Accionando en estos tres rubros, se estará accionando en contra de la inseguridad.