Tal parece que al hijo pródigo de Ignacio Mier Velasco no le va tan bien en su joven administración en su natal Tecamachalco.
El municipio fue noticia nacional en días recientes por el asesinato, en pleno centro de la ciudad, de tres agentes de la Fiscalía General del Estado a manos de los propios policías municipales.
A la cabeza de la policía, el polémico Alejandro Santizo, secretario de Seguridad Pública Municipal, quien en el Ayuntamiento de Puebla Capital dio mucho de qué hablar; él, su escolta y 12 policías más son investigados y se encuentran detenidos.
El titular de la Fiscalía estatal, Gilberto Higuera Bernal, desde luego no creyó la historia de Ignacio Mier Bañuelos de que fue “un error”, sino que asegura fue premeditado: una emboscada con el fin de silenciar posibles investigaciones de los agentes.
Nachito Junior de inmediato quiso limpiarse las manos y, de cierta forma, admitió que le queda grande el puesto, pues pidió al gobernador Barbosa Huerta que asumiera su gobierno la seguiridad del municipio.
No obstante, Barbosa rechazó la petición del alcalde Ignacio Mier Bañuelos de tomar el control de la seguridadhasta que se esclarezca la muerte de los tres agentes ministeriales.
Mientras tanto, Tecamachalco es un pueblo sin ley, sin policías, con un sinfín de delitos y con una autoridad a la que le ha quedado muy grande el cargo. Así se demuestra que la imposición siempre resulta en fracaso.