El actual edil capitalino, el panista Eduardo Rivera Pérez, planteó una nueva meta a su administración: al cierre de su trienio habrá 700 nuevos policías que se sumarán a las labores de vigilancia en la capital.
El tema de la inseguridad en la capital, y en todo el estado en general, es algo preocupante. Los índices de criminalidad suben y suben, los muertos aparecen por doquier y la delincuencia está a la orden del día.
Hemos dicho en este espacio alguna ocasión que la inseguridad es un problema que requiere de mucho trabajo para combatirla. No basta solo con encerrar a los actuales criminales, es necesario crear las condiciones para evitar dichas acciones.
Para eso, es preciso que los gobiernos trabajen en serio, primero, en resolver las carencias de la gente: empleo, servicios, educación y, también, esparcimiento. Solo así se podría asegurar que la delincuencia baje.
Sin embargo, llevar esto a cabo es un arduo trabajo que, claramente, no se podría lograr en tres años, aunque sí se pudiera avanzar.
Un avance, mientras todo lo demás aguarda, es mejorar los servicios de seguridad en las ciudades. Si esos policías que Rivera Pérez pretende sumar saben cumplir con su labor de manera limpia y honrada, no cabe duda que abonará a que los poblanos se sientan más seguros.