La madrugada del 31 de octubre, los habitantes de San Pablo Xochimehuacán, junta auxiliar al norte de la capital poblana, vivieron momentos de terror tras la explosión de una fuga en una toma clandestina de Gas LP.
El saldo de la explosión fue de una persona muerta, alrededor de 20 lesionadas y más de cincuenta inmuebles dañados.
Los vecinos de la zona acusaron del desastre a “El Callo”, quien presuntamente se dedica al robo y trasiego de hidrocarburo en esa región, además, señalaron que tienen conocimiento de la existencia de 10 tomas clandestinas e, incluso, que la exalcaldesa morenista Claudia Rivera y el presidente auxiliar, Cesar Juárez, sabían de ese problema.
Barbosa Huerta aseguró que “quien sea dueño del predio y de la pipa, no como empresa, los socios y los delincuentes van a ser investigados, puedo afirmar que todos son los mismos, enfrente hay una gasera, este hecho no quedará impune, vamos ir a fondo”.
Sin embargo, no es la primera explosión que ocurre en el estado bajo su mandato y de muy pocas se ha llegado a una sentencia contra los responsables.
Hace menos de un mes vino el presidente López Obrador a Puebla; en ese momento, Miguel Barbosa le aseguró que el combate al robo de hidrocarburos iba a la baja. Este 31 de octubre, la realidad nos dice que sigue más vivo que nunca y, continúa, lacerando la vida de los poblanos.